Cantillon Saint Lamvinus

La cerveza de la que vamos a hablar quería echarle el guante desde hace mucho tiempo y que pude conseguir gracias a que mi amigo Álvaro me avisó de que estaba disponible en la web de cervezalandia.

Esta cerveza nace en un viaje que Jean van Roy (Maestro cervecero de Cantillon) hizo a unos viñedos de la región francesa de Burdeos. Allí hizo buenas migas con los viñedos de St. Emilion y Pomerol, y les propuso hacer una lambic con uvas negras de dichos viñedos, en concreto las variedades Merlot y Cabernet Franc, dando como resultado la Cantillon Saint Lamvinus, una lambic de 2 y 3 años envejecida en barricas de borgoña y refermentada en la propia botella.

En copa podemos ver como las uvas le proporcionan un tono rosado coronado por una capa de espuma de escasos milímetros que se disipa a los pocos segundos debido a la casi inexistente carbonatación que presenta. En cuanto la acercamos a la nariz estamos ante uno de los aromas que más me han gustado en una cerveza, porque no se parece en nada que haya probado antes, y seguramente sea único en esta; tenemos ante nosotros una perfecta mezcla de aromas cítricos, frutos del bosque y frutos ácidos, todo ello acompañado del dulzor carácterístico de la uva e impregnado de los aromas avinados y asidrados que le proporcionan las levaduras salvajes.

Esta es posiblemente una de las cervezas más difíciles de Cantillon, sobre todo si no estás acostumbrado a las cervezas de fermentación espontánea, pero no por ello desmerece en absoluto el resultado final, sino todo lo contrario. En boca, el sabor recuerda por momentos al de un vino rosado, sin embargo este ve acompañado de sabores frutales como las cerezas o las moras, sabores cítricos todos ellos en perfecta armonía con el dulzor que las uvas proporcionan. Tiene el típico carácter ácido de toda lambic perfectamente integrado. Según pasa el tiempo y la cerveza coge temperatura los sabores se intensifican y aparecen otros nuevos, destacan una ligeras notas que a mi personalmente me recuerdan a la hierba fresca, y otros que nos recuerdan a la madera donde ha sido envejecida. Tiene un final astringente y seco que nos deja un sabor especiado en la boca.

Esta cerveza demuestra perfectamente el enorme talento y buen hacer que tienen en la fábrica de Cantillon, integrar las uvas en una lambic con un resultado tan sorprendente no es nada fácil, y esta cerveza cumple de manera sobresaliente. Como ya he dicho, es junto con la Vignerone la cerveza que más me gusta de la marca, me tiene completamente enamorado. Es además tremendamente refrescante, por lo que para los días de calor viene de perlas. A día de hoy puedo decir que es la mejor lambic que he probado.

NOTA FINAL: