Presentación de Grimbergen en el Palacio Conde Duque

Hoy retomamos la sección de eventos para hablaros de la presentación de Grimbergen que tuvo lugar el pasado 29 de abril en el Palacio Conde Duque de Madrid, donde presentaron las cervezas que desde hace un par de años conforman su gama en España (Blonde, Double y Blanche), a la que tuvimos el placer de asistir.

El evento corrió a cargo del grupo Mahou-San Miguel, que comercializa estas cervezas en nuestro país previo acuerdo con el grupo Carlsberg, al cual pertenece Grimbergen. Se desplegó una elaborada puesta en escena decorando la sala con una decoración que recordase al interior de una verdadera abadía, contando el evento además con la presencia del Padre Karel y el Abad Erik, de la propia Abadía de Grimbergen, que pronto tomaron la palabra.

Tras la presentación inicial y un vídeo introductorio, los monjes norbertinos nos contaron la ya conocida y casi legendaria historia de su abadía. La primera Abadía de Grimbergen fue levantada en la localidad flamenca del mismo nombre por San Norberto en 1128  antes de ser destruida y “resurgida de sus cenizas” hasta tres veces, de ahí la toma del ave fénix como logo y Ardet nec consumitur (Quemada pero no consumida) como lema. La primera destrucción fue en el incendio de 1142. La segunda en el año 1566, tras la cual tomó el logo y lema en su reconstrucción de 1629. La tercera llegó con la Revolución Francesa en 1798, de la cual no se recuperaría hasta 1845, y ya sin producción de cerveza propia como había venido haciendo hasta el momento (durante la edad media ya producían 3 cervezas: una de consumo propio, otra para mendigos y visitas, y otra especial para festividades concretas). No obstante a principios del siglo XX la familia Maes se interesó en recuperar las recetas de la biblioteca de la abadía y retomar la producción de las cervezas de Grimbergen, y así ha llegado la marca hasta nuestros días.

Tras esta interesante explicación comenzó la cata con maridaje de las 3 cervezas protagonistas del evento, que os relatamos a continuación:

Grimbergen Blonde:

 La primera en llegarnos fue la Blonde, una cerveza de estilo belgian blonde ale. La apariencia es de un cuerpo dorado totalmente traslúcido, muy limpio y cristalino, coronado por una espuma totalmente blanca y compacta.  En nariz presenta las características notas de levadura y los matices afrutados de los ésteres que acostumbran estos estilos, desplegando dulces aromas de repostería con algo de manzana verde. El sabor es igualmente dulce e incluso algo picante por los matices especiados, finalizando en un amargor apenas perceptible. El cuerpo es medio y la carbonatación media-alta, acorde con estos estilos belgas.

El maridaje elegido fue un pastel de pasas con almendras y miel, muy dulce, que potenciaba las notas de caramelo de la malta y las de repostería de la levadura, y hacía juego de contraste con las notas más especiadas en boca.

Grimbergen Double:

La segunda que pudimos probar fue la Double, una cerveza de estilo abbey dubbel. La apariencia es de un cuerpo mucho más oscuro que el de su hermana anterior, tomando esta un color rojo cobrizo muy oscuro y con una espuma más bien beige.  En nariz las notas son mucho más dulces, con intensos aromas de caramelo y toffee, sin dejar de tener matices afrutados pero ya más cercanos a la fruta madura. En boca es igualmente muy dulce, dominando el caramelo aunque con cierto toque tostado, y finalizando con un amargor algo más presente aunque igualmente muy bien cubierto por el dulzor y el cuerpo ahora algo más denso, con una carbonatación similar.

El maridaje elegido fue una pequeña tosta de roast beef con espárrago y parmesano. Aunque entendemos que se decidió optar por un maridaje de contraste, un servidor y los compañeros de la comunidad cervecera de nuestra mesa no pudimos dejar de pensar que hubiese sido interesante invertir los maridajes de esta cerveza y la anterior, usando el pastel para potenciar el dulzor de la Double y el roast beef para intensificar las notas más picantes y especiadas de la Blonde.

Grimbergen Blanche:

La tercera y última en llegar fue una cerveza relativamente nueva en la gama de Grimbergen, que lleva con nosotros desde que debutase esta gama moderna de Grimbergen hace unos dos años. Reconozco que tenía franca curiosidad por esta precisamente porque es la única que aún no había podido probar. Hablamos de la Blanche, una cerveza de estilo belgian wit (cerveza de trigo belga). La apariencia es de un color dorado pero mucho más turbio que el de la blonde, como es habitual en las cervezas de trigo, con una corona de espuma blanquecina aunque no tan excesivamente abundante como suele ser común en este estilo. Los aromas que presenta son los característicos de las cervezas de trigo belgas, con mucho clavo y algo de plátano, y de manera similar es en boca, con un ligero dulzor y un toque especiado, con cuerpo y carbonatación medios.

El maridaje elegido fue de gambas con gabardina con salsa de curry, una interesante elección para potenciar los matices más picantes y especiados de la cerveza.

Y ya finalizada la cata los monjes nos quisieron mostrar una biblioteca de libros que habían traído desde la abadía, que para nuestra sorpresa se abrió para dar paso a una sala bar con iluminación verde y modernos efectos de niebla donde habían dispuesto grifos para probar la cerveza de barril, como si de un moderno pub se tratara.

Y con esto finalizó el evento y ya solo nos queda agradecer a la  organización la oportunidad de asistir al  evento y a nuestros amigos Benjamín de Humulus Lupulus, Andrés de Dorado y en Botella y Jorge de Cerveriana por su compañía y el buen rato que pasamos durante el evento.